La segunda finca que visité en Nicaragua está ubicada en El Roblar, una comunidad casi puramente cafetalera, ubicada por las montañas una hora y media en bus (pintado bien bonito y brillante!) de Matagalpa. Tuve el placer de quedarme con Maria y su familia. Ellos pertenecen al Central de Cooperativas de Café del Norte (CECOCAFEN) mediante su cooperativa de mujeres, El Privilegio.
Maria cuenta como las mujeres del Roblar lograron fundar su propia cooperativa. “Tuvimos la idea de organizarnos en una cooperativa. Qué resultó? Habian 4, 5 mujers que querían ser organizadas. Entonces decidimos organizarnos en la cooperativa Daniel Taylor, que es una cooperativa de varones. Ellos nos aceptaron. Nos llegamos a los reunions, pagamos la portación. Pero lo que nosostros mirabamos fue que, que ellos no tomabanos en cuenta a nosotros. Solo estabamos por estar. Que resultó? Vienieron unos de Cecocafen, nos hicieron la propuesta que si queríamos organizarnos como grupo. De allí nosotros ahorrabamos…para tener derecho a un préstamo. En este grupo eramos como 24 mujeres. Entonces, cuando vienieron ellos y nos preguntabamos si queríamos organizarnos como cooperativa, entonces nosotros dijimos que si, que estabamos de acuerdo. En ese entonces a este grupo había que ponerle un nombre. Entonces, a este grupo, le llamamos “El Privilegio.”
Maria transplanta una mata, una que germinó de semilla, para empezar con renovar un corte de sus tierras.
Al diversificar la finca incluyendo chanchos para cría y vender, también ellos aprovechan de una manera alternativa el control de malas hierbas, y consequentamente usar menos herbicidas.
Una de las nietas de Maria, Dariela, con Chapparo.
Café fermentantdo en el beneficio húmedo del vecino.
Varios calidades de café secando al sol antes de ser entregado al acopio local.
Café maduro en la finca de Maria.
Café maduro en mi canasta, parte de mi primer corte del día.
Dariela quiere ayudar! Mientras ella corta canta en voz alta.
Encima de entregar su café al Cecocafen, las mujeres del Privilegio han empezado un proyecto de vender café tostado y molido. Maria explica como, “Estuvimos andando en captaciones [de tostar café]. Cuando ya acabamos un año de estar en capataciones, dijeron que si estaban las mujeres dispuestas a trabajar para construir la casa de nuevo? Entonces nos dicimos que si estabamos de acuerdo. Esto fue en diciembre. Un año ahorita va a ser que empezamos de construir la casa [de la tostaduria].”
Un montón de café (que olía divina!) para pesar y empacar para llevar al pueblo de San Ramon para vender.
Café en oro, trillado en Solcafe de Cecocafen, listo para ser convertido en café que lleva orgullosamente la etiqueta del Privilegio.
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